Gripa
Me cuesta poco el que me cueste tanto, como cuando el aire frío quema la nariz, y aunque evitable, el diminuto masoquismo hace presencia para contar la ridícula historia del sobreviviente.
Me cuesta el oro, me cuesta el tango, me cuesta divertir multitudes rastreando mis charcos... bonita faena la de encubrir huellas mientras el sabueso hace de las suyas... Qué bella involución la nuestra sin más olfato que la malicia.
Alguien pintó el bosque... Yo espero la respuesta
miércoles, enero 29, 2014
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Yo
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