Y la historia se sigue escribiendo
13 de Julio de 2013, el día había llegado... Las piernas me temblaban y el poco dormir de los días anteriores ya había cogido su ventaja. Fue una boda preciosa, no he asistido a muchas y no es porque sea la mía pero fue demasiado emotiva, no hubo un sólo invitado sin lagrimita, me pidieron que colgara mis votos y aquí se los comparto:
Es cierto que las letras se me hacen más fáciles que las palabras, pero estás en verdad me son difíciles. Siempre he creído que la palabra escrita es corrupción cuando de emociones se trata, la palabra escrita es aguante y tiempo, papel mojado y partitura seca si no sale del alma.
La palabra se queda corta... y quizá de puro capricho es por eso mismo que decidí saltar a la música como profesión, rechazando así la habilidad de tejerte hoy un saco de letras, un gorrito de versos o una bufanda a modo de romancero.
Y es que cuesta... cuesta arañar con palabras una historia que ni mis propios sentidos pueden abarcar, cuesta abrazar algo tan grande cuando se tienen los brazos tan pequeños, y cuesta mucho más escribir cuando apenas si se tiene el lenguaje de un niño y las aclaraciones no verbales son cuneiformísmos de platea de los que poco entiende este cabeza dura. Pero bueno... aquí estoy, con la palabra del Dios viviente entre mis labios, y esa sí que sabe abarcar.
Y él entiende, él es novio también, y como novio sólo puedo repetir su voz para prometer lo que él mismo planeó, lo que él mismo juró para los dos:
Así dice él:
"En ese día haré un pacto con todos los animales salvajes, las aves de los cielos y los animales que corren sobre la tierra, para que no te hagan daño. Quitaré de la tierra todas las armas de guerra, todas las espadas y todos los arcos, para que puedas vivir sin temor, en paz y seguridad.
Te haré mi esposa para siempre, te mostraré rectitud y justicia, amor inagotable y compasión.
Te seré fiel y te haré mía y por fin me conocerás como el Señor" os. 2:18
Y esa es mi promesa para ti, la protección incondicional de este amor que atesoro tanto como mi propia salvación; entre todo lo que he hecho mal, estoy seguro de que algo tuve que haber hecho bien para agradar a Dios y recibir este regalo santo, porque sabes que así te veo, como la más limpia entre todas las mujeres y la coronada con mayores virtudes... Dios tuvo que tener una inspiración especial el día en que te planeó, y no por nada soy el más afortunado de los mortales, podría presumir pero me basta con la contemplación, hoy soy un hombre nuevo y el sumar más palabras a esto no me entregará más o menos gloria, por eso prefiero repetir las palabras de él, esas mismas que lo abarcan todo y no desperdician una sola gota, esas mismas a las que me abracé mientras veía el reloj... en cuenta regresiva hasta este día.
Porque si de cuentas regresivas hablamos, pocas han hecho tanta mella en mi corazón, hoy sé que la espera ha valido la pena, y sé que no es capricho ni coincidencia el que hoy estemos acá. Ha sido la mano de Dios la que nos ha juntado y ha sido su voluntad la que nos ha traído hasta el día de hoy. Prometo ser para ti, lo que Jesús es para la iglesia: un esposo que entrega todo por su amada, si algo debo imitar y si algo incluso tengo que jurar es solamente eso.
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