Creo que la principal razón es que no dispongo de mucho tiempo para andar con ajustes, el tiempo que dedico a mi trabajo me ocupa casi todo el día, y una fixed gear no se desajusta por componentes que no tiene como cambios, desviadores, tensores o palancas de freno; además sufre menos descentrados de ruedas, más sobre todo problemas con la cadena por torsión o roturas. 

Otra razón es que las de piñón fijo tienen una aceleración brutal con respecto a otras bicis, que es lo importante para estar donde quieres cuando "aprietas", por ejemplo salir en cruces rápidos, en glorietas, o al adelantar. Y con el pedaleo controlado se puede ajustar la velocidad en curvas cuando el pavimento no es bueno o está resbaladizo porque todo el tiempo se tiene la trasmisión de la bici en posesión del ciclista... y no va libre, va en total control de uno (no sé si me explico). 

Por último y sobre todo, una vez uno ha conseguido ponerse en marcha, con la cadencia de pedaleo al 60% – 80% es muy fácil rodar acompasado con la propia inercia y esto es fundamental para rodar en rutas por ciudad.

Yo por elevar un poco el misticismo, diría que posee cierto carácter adrenalínico, es decir se entremezclan sentido de velocidad, control, descontrol un poco cuando se va a muerte... porque se tiene la sensación de que la bici transmite su fuerza (la inercia) y uno la tiene que domar en cierto modo... y el lograrlo es satisfactorio.

Llevo una fixed gear desde hace un buen tiempo, casi todos los días, de 20 a 40 Kms diarios y creo que por fuera de toda moda es una opción de pedalear que enamora desde la primera vez o no gusta para nada, sin puntos intermedios.