Corazón de campesino
El viaje a Chía (el de todos los días camino a la oficina), me ha conectado con mi tierra, no puedo negar que en el fondo tengo alma de campesino y no por nada toda plantica que pasa por mis manos crece sin obstáculo alguno.
Quiero vivir allá, quiero guardar en la maleta el "paseito" diario y dedicarme a algo más noble, dedicarme a algo que de plano perdure con algo diferente a la relación cliente/creativo, en donde las horas se lleguen, y en donde la creación sea el clavo en la pared del que se cuelga el orgullo... obligándome a tenerlo liviano.
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