Con menos se hace más.
Ya no se hacen fiestas como las de antes; ya no se calienta la verborrea en ollas de barro, ya no se soplan los versos y los tragos de luz ya no saben a tinieblas de argumentador conformista.
Ya no se compite con la ausencia y un par de nuevas recetas llaman a la intimidad "familia".
Se vive de la paz, se lee una novena con la puerta cerrada y la calidez nos acapara, se da gracias a la abuela y se da un beso al padre, a la madre, se firma la tregua con la hermana.
Pocos momentos dejan tanta huella como una honesta celebración de navidad, sin estorbos, sin prejuicios, sin más manada que la de la misma sangre.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario