Mis papás ya casi llegan a los 60, tienen sus 50 y tantos, comen años como mi esposa y como yo así que la cosa de la edad no es un martirio para ellos, digamos que son unos eternos jovencitos para quienes el reloj biológico corre más lento... Ah fortuna!!! (Aunque a veces mi reloj mental de saltos, más para atrás que para adelante... en algo tenía que ser diferente).

Pero en ese elixir de la juventud familiar hace falta sangre nueva, y hablo de los nietos; el regalo de los Gaitán me ha tenido pensando 24/7 con ese tema, ver a Angie despertarse esta mañana a las 4 y algo de la madrugada para hacerse sus exámenes preconcepcionales me dan tranquilidad porque no estoy sólo en esto.

Pero el asunto no llega sólo hasta ahí, yo quiero saber qué es ser papá, quiero saber qué es salir de las trivialidades de mis preocupaciones, porque sí... aunque viva estresado por ellas, son bobadas. Es que a la larga mis preocupaciones sólo son deudas tontas, la exprimida de cerebro para componer algo decente cada mes y la impotencia de no estar tocando ahorita (extraño tocar, pero necesito material... y eso es harina de otro costal que no tocaré ahorita)... En cuanto a la paternidad, lo quiero todo, desde los antojos de mi esposa, el primer recital y el primer día de universidad de mis retoños.

Ya me imagino a Angie... seguro la maternidad le va aportar una chispa extra a esa mujer sexy (no puedo obviarlo) de caderas anchas y acento vallecaucano. Anoche la miré demasiado mientras dormía, estar junto a ella es la lotería más loca que cualquiera pueda ganarse en la vida, y para fortuna mía ella cree que este boleto es un buen partido... Un hijo con ella: La lotería con ñapa.

¿Qué sentirán mis papás? ¿Cómo se pondrán mis suegros?... ¿Me cambiará esto?

Lo esperamos pronto